lunes, 14 de octubre de 2013

Está nublado, llueve tan ligeramente como tus brazos alrededor de mi ser, una neblina opaca los edificios y las personas son simplemente manchas a lo lejos. Espero el colectivo, de fondo suena (pero solo para mí) Heavy in your arms de Florence + The Machine, esa letra tan mía, tan tuya, tan de todos. Llega el colectivo, me subo, paso la tarjeta SUBE y trato de meterme en algún hueco ya que es hora pico; entre toda la gente distingo una mirada, un rostro y una sonrisa. Encontrar una sonrisa en un bondi a las cuatro de la tarde es como encontrar una flor en el medio de la Cuenca Matanza Riachuelo. Nuestros ojos se cruzan, ambos esbozamos una sonrisa simultáneamente y la vida se torna de color celeste; que bello es reír! Qué bello es usted! Hay miradas cómplices, miradas de amor, de curiosidad, de clandestinidad; qué secretos ocultan tus ojos? Qué ojos miraste antes?
Te miro, me miras y corro la cara.
Te miro, me miras, nos miramos.
Te miro, me miras y comenzamos a reír juntos hasta que nos damos cuenta que queremos hablarnos pero la distancia nos lo impide.
El mejor amor, el amor más lindo es el que se transmite con miradas y sonrisas. Ese amor que no se dice, que se hace, que nos hace. Ese amor que oculta todo pero al mismo tiempo te lo dice todo.
Te bajas. No estás. No estoy. No estamos. No soy. No sos. No somos.
El amor dura un viaje en colectivo.
Que soledad filosa la que nos abruma por las noches, que silencio estruendoso el que nos golpea en la cara. Salgo a caminar, de compañía tengo el maullar de los gatos ,el ladrido de los perros, sirenas de patrulleros y otros sonidos nocturnos. Hay tanta quietud que hasta oigo los pensamientos de mis pensamientos; es como si estuviera yo solo, incluso hay momentos donde creo que ni siquiera yo estoy presente. Me convierto en una proyección astral de mí mismo y comienzo a elevarme en el aire frío del día nocturno, soy un ave de la oscuridad que observa las luces de la ciudad, los amores clandestinos, las adicciones más perversas. La noche fue creada para liberar al hombre del hombre, se inventó para despertar a los animales más lujuriosos en su afán de satisfacer las ideas menos cuerdas y la sed de carne. Uno, cuando cae la noche, deja de ser uno y comienza a ser ese lado oscuro de la luna que muy pocas veces conoce.
Sin embargo la oscuridad es tan dependiente como cualquier humano, es decir, que para que exista tal cosa es necesario que haya luz. Una estrella necesita oscuridad para brillar, el animal del hombre necesita un domador que lo controle y ese domador somos nosotros mismos, ese hombre que controla es la figura demagoga que apacigua al animal anarquista que todos llevamos dentro.

Qué cosa los sueños, no? Es majestuosa la forma que tiene nuestro inconsciente de formar historias y relatos con las cosas que nos repercuten en el día a día; la mente humana es un mar de encuentros y desencuentros, un océano que jamás se termina de conocer por completo.
Nuestro inconsciente es el lugar más seguro en el que nos podemos refugiar, el lugar más nuestro. En él podemos ser quien queramos, lo que queramos, hacer y deshacer a troche y moche, volar hasta el más alto de los cielos, nadar hasta las aguas más profundas, hablar con aquellas personas que no están físicamente pero sus caras están grabadas en nuestra memoria, eso y mucho más.. Es un mundo que construimos cada vez que cerramos los ojos queriendo escapar de la cotidianeidad que nos abruma, es una cárcel de puertas abiertas.
La deconstrucción del saber humano se refleja pura y exclusivamente en el inconsciente, es el espacio donde todo lo que conocemos o asimilamos desaparece para desafiar a toda ley física. Nuestra rutina es como un rompecabezas ya preestablecido y armado, y es en nuestros sueños donde rompemos eso para poder escapar a una realidad alterna que se asemeja a nuestros deseos más hondos.
Revisando cosas viejas encontré un cuaderno con escrituras sobre un antiguo desamor, paso a relatarles.
“Tengo un montón de cosas para decir, un montón de cosas que quiero sacar de dentro mío, pero no hallo las palabras para hacerlo. Esto que sigue a continuación es una breve introducción de lo que me viene pasando.
Siempre me atrajeron los problemas, los conflictos… Pero por el simple hecho de tener que resolverlos, tener algo para poner mi mente a trabajar. Pero hay desafíos que llevan más tiempo, desafíos que nos consumen, que nos absorben, que nos obsesionan tanto que queremos resolverlos de cualquier modo. Esta testarudez nos deja tan ciegos que no vemos que estamos muy lejos de solventarlos.
Cómo es posible que una persona que entró hace tan poco a mi vida generé tanto en mí? Qué clase de fuerza sobrehumana ejerces sobre mi persona? Qué clase de fuerza magnética tienen tus labios? Tu magia me absorbe.
No puede ser que todos los días me vaya a la cama y piense en vos. Quisiera que me abraces hasta hacernos uno, que me acaricies la piel, que nos perdamos entre las sábanas y que el mundo se detenga para nosotros, olvidarnos del tiempo y hundirnos en un mar de amor, pasión y dejos de lujuria.
Todas las noches escribo algo pensando en vos, todo lo que imagino de vos durante el día. El cigarrillo se consume, el humo invade la habitación; el tiempo pasa y yo sigo aquí observando las diferentes formas que toma el mismo.
Por qué encuentro la perfección en alguien tan desordenado (emocionalmente) como vos?
Espero que algún día puedas quererme tal como yo te quiero.
Hay una cierta magia que me atraviesa cada vez que salgo a la calle, es una suerte de paradoja ya que por un lado me aíslo de todo y por otro me conecto con ese conjunto de cosas que es el afuera.
Habiendo dicho eso paso a ser un breve resumen de los últimos tres días.
Día 1: Abro los ojos, sigo esperando su mensaje, sigo esperando que me dé una señal de que en su mundo no soy solamente una noche de lujuria.
Me enredo en las sábanas buscando una salida; miro por la ventana, trato de encontrarme a mí mismo, no veo ni siquiera mi reflejo. Dónde estoy? Dónde estás? Dónde estamos?
Día 2: Mis ojos apenas se abren luego de la borrachera de anoche. Será que te buscaba en el fondo de casa vaso? Acaso cada trago de alcohol mitigaba el dolor? Abro la ventana y el cielo está nublado, nuevamente ningún rayo de sol logra alcanzarme. El vidrio está empapado, señal de que llovió; llovieron las lagrimas que yo no llore. (No sé porqué no lo hice, quizá por temor, quizá por orgullo, quizá porque no lo valías, quién sabe..)
Otro viaje en colectivo donde no solo mi cuerpo viaja sino que mi mente también. El primero tiene un rumbo fijo, la segunda no.
Día 3: Despierto, lo primero que hago es ver el celular. (Él está vivo para mí pero yo para él no.) Vuelvo a apoyar la cabeza sobre la almohada, rompo en llanto. Junto fuerzas y me levanto para desayunar pero no logro centrarme en un eje y regreso a la cama para quedarme ahí tal vez para siempre, tal vez no.
Siento que mi mente va a estallar, mi poder de indecisión está tomando el control. Mil agujas atraviesan mi masa encefálica, mil gritos desesperados aturden mi cabeza, el llanto de mil mandrágoras no me dejan dormir. Será que tanta presión por fin resultó en esto? Será que en su intento de vivir su vida a través de mi, resulté un experimento defectuoso?
Escribo estas líneas mientras viajo. Observo el afuera, ese afuera que es mío, es tuyo. Sos vos, soy yo, somos todos uno. La vida es una fotografía en constante movimiento, una cámara con el obturador abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Pero toda cámara fotográfica necesita una mano que la maneje; entonces por lógica surge la cuestión de ¿Quién o qué maneja ésta cámara? ¿Qué clase de fuerza se encarga de velar dicho aparato?
En mi cabeza siguen apareciendo interrogantes y ninguna respuesta. Alfonsina Storni alguna vez relató: "Hielo y más hielo recogí en la vida. Yo necesito un sol que me disuelva." ¿Acaso últimamente mi aura es una nube grisácea que no deja que ningún rayo solar me derrita o ilumine?
Mi cabeza sigue estallando de dolor, pero quizá ésta sea la salida, quizá escribiendo halle una cura, tal vez todo esto que no puedo decir (es así, no puedo decirlo, quiero, pero no puedo).
Me bajé del colectivo, caminé, me perdí. Me di cuenta que estaba por el camino equivocado. Será que tengo la costumbre de equivocarme primero para luego retomar el camino que siempre tuve que haber elegido? O también no darme cuenta nunca y vivir caminando pasos que no son los míos.
Siguen apareciendo preguntas y ninguna respuesta.

domingo, 6 de octubre de 2013

Tu amor es sangre.
Tu amor es cuchillo.
Tu amor es fuego.
Tu amor es hielo.
Tu amor es dolor.
Tu amor es olvido.
Tu amor es antipatía.
Tu amor es herida.
Tu amor es verano e invierno.
Tu amor es noche y, también, es día.
Tu amo es orgullo.
Tu amor es terco.
Tu amor es caro.
Tu amor es un nudo.
Tu amor es infantil.
Tu amor es caprichoso.
Tu amor es clandestino.
Tu amor es tímido.
Tu amor es silencio.
Tu amor es agua.
Tu amor es humo.
Tu amor es personal.
Tu amor es egoísta.
Tu amor es poco compañero.
Tu amor es, y punto.
Cuántas clases de amor hay? Cómo es el amor? Se puede tocar? Se puede oler? Se puede ver? Qué color tiene? Qué forma tiene? Duele? El amor sigue siendo amor a pesar de que duela? A veces te quema, te corta, te sangra, te revierte, te retrocede, te ahoga. Hay un tipo (de amor) que despierta vulnerabilidad. Que es tan grande que te paraliza, te atemoriza, te da pánico, te tortura.
Inseguridad. Desconfianza. Perversión. Obsesión. (Esto sigue siendo amor?)
Sigue siendo amor, aún sabiendo, que se va a sufrir? Sigue siéndolo sabiendo que, tarde o temprano, va a llegar a un final? Uno es masoquista. A uno le gusta sentir dolor y sufrir. A todos nos gusta llorar a alguien. Qué clase de amor es ese donde uno sufre? Ese donde uno tiene tanto miedo que se somete, cómo se llama? Ese amor que forma un nudo en tu cuello y te ahorca. Ese que te pudre desde dentro.
Las sabanas ya no tienen tu aroma y la almohada solo sabe de sollozos. La mañana tiene otro gusto. Cigarrillo tras cigarrillo. Sigo sin saber cual cara es tu cara, cual amor es tu amor.
El sol de domingo ya no brilla como antes.
Pero al fin y al cabo, todos los caminos conducen a Roma.
Tengo una presión que aplasta mi pecho, es la necesidad de tenerte en mis brazos. Mi estómago es un universo de mariposas, mi respiración depende de vos, el latir de mi corazón va junto al tuyo. Eramos dos personas, nos encontramos y ahora somos uno solo. Tu amor quema mi piel, hierve en mi sangre, se cala hasta en mis huesos. La distancia no impide el estar cerca tuyo. Las noches dormirmos bajo el mismo cielo, bajo las mismas estrellas. Sos mi todo.
Tengo un nudo en el estómago que no me deja ser y una presión en el cuello que no me deja respirar. Un cuchillo atraviesa mi pecho.
Ansiedad, temor, timidez, desesperación.
Tu cuerpo y el mío como uno solo, que nos deparará el destino? Cómo nos encontrará? Tengo ganas de llorar, de reír, de gritar. Tu amor es muy fuerte.
Cambiaste algo dentro de mi, encendiste una luz que estaba apagada, abriste una puerta que estaba bajo siete llaves.
Te quiero con tus virtudes.
Te quiero con tus defectos.
Te quiero porque tu sonrisa me eleva.
Te quiero porque tus ojos me guían.
Te quiero porque en vos encuentro el equilibrio.
Te quiero porque un abrazo tuyo basta para sentirme protegido.
Te quiero porque tu voz es el canto más bello.
Te quiero porque tus labios son el néctar más dulce.
Te quiero porque tu cuerpo es la escultura perfecta.
Te quiero porque te quiero.
Te quiero porque mis días sin vos no son días.
Te quiero más que ayer y menos que mañana.
Te quiero hasta cansarme.
Te quiero.
Hoy la tarde tenía olor a verano, una esencia de diciembre aromaba el patio. El cielo quería llorar pero por algún motivo se tragó sus lagrimas.
En mi cama había mucho espacio y una extraña sensación de soledad. Tu sonrisa me hace falta, quiero despertar y que tus dientes iluminen mi mañana, quiero oír tu risa, que el sol entre por la ventana y que tus ojos se conviertan en faroles que iluminen mi camino.
Las sabanas reclaman nuestra presencia, mi cuerpo grita tu nombre.

martes, 30 de julio de 2013

Viajar en subte, observar, mirar. Bajo para hacer conminación, 3 ejecutivos caminan a mis espaldas. Por lo que hablan son de esos que quieren "la sartén por el mango, y el mango también" dijera M.E.W, no saben para que lado ir, se ve que sus choferes tenían franco.
Vuelvo la cara hacía delante y un señor de unos 50 y pico va escuchando música bailando al compás de lo que suena en sus auriculares. La escalera mecánica, invento para la flojera. Las maquinas siguen apoderándose de nuestros cuerpos, qué diría Foucault sobre esto?
Vuelvo a subir a un vagón, la línea D es verde, pero qué verde? Por qué verde? Por qué D?
Salgo a la superficie, me invaden ganas de escribir, busco una librería y compro el cuaderno donde vuelco éstas líneas y la lapicera con la que escribo.
Los alrededores del Alto Palermo están infestados de publicidades de Play Station que incentivan el sedentarismo y que un aparato puede reemplazar a cualquier ser humano. Seguimos siendo esclavos del enchufe; pero quién, en estos días, no lo es?
Palermo cuna de moda y fashionitud, ojos claros, famosos olvidados y señoras vestidas de domingo. Es de color verde inglés y neblina europea.
Palermo cuna de contrastes, de personas que miran con asco al otro. Un peronista en Palermo, un yanqui en Libia, un soviético en Londres. Hay cosas que no se mezclan.
-Hola
-Hola
-Estás?
-No, vos?
-Tampoco..
-Sos?
-No, vos?
-Creo que no, pero tal ves juntos sí.
-Vos decís?
-No perdemos nada con probar.
-Tengo miedo
-Abrazame y volemos.
-Tengo un ala herida.
-Yo también, quizá si nos unimos podemos tomar vuelo juntos. Mi nombre es Fantasía, el tuyo?
-Realidad. Por lo que veo no hay grises entre nosotros dos.
-Pero tampoco nada que nos impida buscar un equilibrio entre ambos.
-Sigo teniendo miedo.
-El miedo solo sirve para perderlo todo.
-No tengo nada por perder.
-Sí que tenes..
-Qué?
-A mí.
-Volemos.
Está nublado, llueve tan ligeramente como tus brazos alrededor de mi ser, una neblina opaca los edificios y las personas son simplemente manchas a lo lejos. Espero el colectivo, de fondo suena (pero solo para mí) Heavy in your arms de Florence + The Machine, esa letra tan mía, tan tuya, tan de todos. Llega el colectivo, me subo, paso la tarjeta SUBE y trato de meterme en algún hueco ya que es hora pico; entre toda la gente distingo una mirada, un rostro y una sonrisa. Encontrar una sonrisa en un bondi a las cuatro de la tarde es como encontrar una flor en el medio de la Cuenca Matanza Riachuelo. Nuestros ojos se cruzan, ambos esbozamos una sonrisa simultáneamente y la vida se torna de color celeste; que bello es reír! Qué bello es usted! Hay miradas cómplices, miradas de amor, de curiosidad, de clandestinidad; qué secretos ocultan tus ojos? Qué ojos miraste antes?
Te miro, me miras y corro la cara.
Te miro, me miras, nos miramos.
Te miro, me miras y comenzamos a reír juntos hasta que nos damos cuenta que queremos hablarnos pero la distancia nos lo impide.
El mejor amor, el amor más lindo es el que se transmite con miradas y sonrisas. Ese amor que no se dice, que se hace, que nos hace. Ese amor que oculta todo pero al mismo tiempo te lo dice todo.
Te bajas. No estás. No estoy. No estamos. No soy. No sos. No somos.
El amor dura un viaje en colectivo.
Que soledad filosa la que nos abruma por las noches, que silencio estruendoso el que nos golpea en la cara. Salgo a caminar, de compañía tengo el maullar de los gatos ,el ladrido de los perros, sirenas de patrulleros y otros sonidos nocturnos. Hay tanta quietud que hasta oigo los pensamientos de mis pensamientos; es como si estuviera yo solo, incluso hay momentos donde creo que ni siquiera yo estoy presente. Me convierto en una proyección astral de mí mismo y comienzo a elevarme en el aire frío del día nocturno, soy un ave de la oscuridad que observa las luces de la ciudad, los amores clandestinos, las adicciones más perversas. La noche fue creada para liberar al hombre del hombre, se inventó para despertar a los animales más lujuriosos en su afán de satisfacer las ideas menos cuerdas y la sed de carne. Uno, cuando cae la noche, deja de ser uno y comienza a ser ese lado oscuro de la luna que muy pocas veces conoce.
Sin embargo la oscuridad es tan dependiente como cualquier humano, es decir, que para que exista tal cosa es necesario que haya luz. Una estrella necesita oscuridad para brillar, el animal del hombre necesita un domador que lo controle y ese domador somos nosotros mismos, ese hombre que controla es la figura demagoga que apacigua al animal anarquista que todos llevamos dentro.

Qué cosa los sueños, no? Es majestuosa la forma que tiene nuestro inconsciente de formar historias y relatos con las cosas que nos repercuten en el día a día; la mente humana es un mar de encuentros y desencuentros, un océano que jamás se termina de conocer por completo.
Nuestro inconsciente es el lugar más seguro en el que nos podemos refugiar, el lugar más nuestro. En él podemos ser quien queramos, lo que queramos, hacer y deshacer a troche y moche, volar hasta el más alto de los cielos, nadar hasta las aguas más profundas, hablar con aquellas personas que no están físicamente pero sus caras están grabadas en nuestra memoria, eso y mucho más.. Es un mundo que construimos cada vez que cerramos los ojos queriendo escapar de la cotidianeidad que nos abruma, es una cárcel de puertas abiertas.
La deconstrucción del saber humano se refleja pura y exclusivamente en el inconsciente, es el espacio donde todo lo que conocemos o asimilamos desaparece para desafiar a toda ley física. Nuestra rutina es como un rompecabezas ya preestablecido y armado, y es en nuestros sueños donde rompemos eso para poder escapar a una realidad alterna que se asemeja a nuestros deseos más hondos.
Revisando cosas viejas encontré un cuaderno con escrituras sobre un antiguo desamor, paso a relatarles.
“Tengo un montón de cosas para decir, un montón de cosas que quiero sacar de dentro mío, pero no hallo las palabras para hacerlo. Esto que sigue a continuación es una breve introducción de lo que me viene pasando.
Siempre me atrajeron los problemas, los conflictos… Pero por el simple hecho de tener que resolverlos, tener algo para poner mi mente a trabajar. Pero hay desafíos que llevan más tiempo, desafíos que nos consumen, que nos absorben, que nos obsesionan tanto que queremos resolverlos de cualquier modo. Esta testarudez nos deja tan ciegos que no vemos que estamos muy lejos de solventarlos.
Cómo es posible que una persona que entró hace tan poco a mi vida generé tanto en mí? Qué clase de fuerza sobrehumana ejerces sobre mi persona? Qué clase de fuerza magnética tienen tus labios? Tu magia me absorbe.
No puede ser que todos los días me vaya a la cama y piense en vos. Quisiera que me abraces hasta hacernos uno, que me acaricies la piel, que nos perdamos entre las sábanas y que el mundo se detenga para nosotros, olvidarnos del tiempo y hundirnos en un mar de amor, pasión y dejos de lujuria.
Todas las noches escribo algo pensando en vos, todo lo que imagino de vos durante el día. El cigarrillo se consume, el humo invade la habitación; el tiempo pasa y yo sigo aquí observando las diferentes formas que toma el humo.
Por qué encuentro la perfección en alguien tan desordenado (emocionalmente) como vos?
Espero que algún día puedas quererme tal como yo te quiero.
Hay una cierta magia que me atraviesa cada vez que salgo a la calle, es una suerte de paradoja ya que por un lado me aíslo de todo y por otro me conecto con ese conjunto de cosas que es el afuera.
Habiendo dicho eso paso a ser un breve resumen de los últimos tres días.
Día 1: Abro los ojos, sigo esperando su mensaje, sigo esperando que me dé una señal de que en su mundo no soy solamente una noche de lujuria.
Me enredo en las sábanas buscando una salida; miro por la ventana, trato de encontrarme a mí mismo, no veo ni siquiera mi reflejo. Dónde estoy? Dónde estás? Dónde estamos?
Día 2: Mis ojos apenas se abren luego de la borrachera de anoche. Será que te buscaba en el fondo de casa vaso? Acaso cada trago de alcohol mitigaba el dolor? Abro la ventana y el cielo está nublado, nuevamente ningún rayo de sol logra alcanzarme. El vidrio está empapado, señal de que llovió; llovieron las lagrimas que yo no llore. (No sé porqué no lo hice, quizá por temor, quizá por orgullo, quizá porque no lo valías, quién sabe..)
Otro viaje en colectivo donde no solo mi cuerpo viaja sino que mi mente también. El primero tiene un rumbo fijo, la segunda no.
Día 3: Despierto, lo primero que hago es ver el celular. (Él está vivo para mí pero yo para él no.) Vuelvo a apoyar la cabeza sobre la almohada, rompo en llanto. Junto fuerzas y me levanto para desayunar pero no logro centrarme en un eje y regreso a la cama para quedarme ahí tal vez para siempre, tal vez no.

Siento que mi mente va a estallar, mi poder de indecisión está tomando el control. Mil agujas atraviesan mi masa encefálica, mil gritos desesperados aturden mi cabeza, el llanto de mil mandrágoras no me dejan dormir. Será que tanta presión por fin resultó en esto? Será que en su intento de vivir su vida a través de mi, resulté un experimento defectuoso?
Escribo estas líneas mientras viajo. Observo el afuera, ese afuera que es mío, es tuyo. Sos vos, soy yo, somos todos uno. La vida es una fotografía en constante movimiento, una cámara con el obturador abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. Pero toda cámara fotográfica necesita una mano que la maneje; entonces por lógica surge la cuestión de ¿Quién o qué maneja ésta cámara? ¿Qué clase de fuerza se encarga de velar dicho aparato?
En mi cabeza siguen apareciendo interrogantes y ninguna respuesta. Alfonsina Storni alguna vez relató: "Hielo y más hielo recogí en la vida. Yo necesito un sol que me disuelva." ¿Acaso últimamente mi aura es una nube grisácea que no deja que ningún rayo solar me derrita o ilumine?
Mi cabeza sigue estallando de dolor, pero quizá ésta sea la salida, quizá escribiendo halle una cura, tal vez todo esto que no puedo decir (es así, no puedo decirlo, quiero, pero no puedo).
Me bajé del colectivo, caminé, me perdí. Me di cuenta que estaba por el camino equivocado. Será que tengo la costumbre de equivocarme primero para luego retomar el camino que siempre tuve que haber elegido? O también no darme cuenta nunca y vivir caminando pasos que no son los míos.
Siguen apareciendo preguntas y ninguna respuesta.