martes, 30 de julio de 2013

Está nublado, llueve tan ligeramente como tus brazos alrededor de mi ser, una neblina opaca los edificios y las personas son simplemente manchas a lo lejos. Espero el colectivo, de fondo suena (pero solo para mí) Heavy in your arms de Florence + The Machine, esa letra tan mía, tan tuya, tan de todos. Llega el colectivo, me subo, paso la tarjeta SUBE y trato de meterme en algún hueco ya que es hora pico; entre toda la gente distingo una mirada, un rostro y una sonrisa. Encontrar una sonrisa en un bondi a las cuatro de la tarde es como encontrar una flor en el medio de la Cuenca Matanza Riachuelo. Nuestros ojos se cruzan, ambos esbozamos una sonrisa simultáneamente y la vida se torna de color celeste; que bello es reír! Qué bello es usted! Hay miradas cómplices, miradas de amor, de curiosidad, de clandestinidad; qué secretos ocultan tus ojos? Qué ojos miraste antes?
Te miro, me miras y corro la cara.
Te miro, me miras, nos miramos.
Te miro, me miras y comenzamos a reír juntos hasta que nos damos cuenta que queremos hablarnos pero la distancia nos lo impide.
El mejor amor, el amor más lindo es el que se transmite con miradas y sonrisas. Ese amor que no se dice, que se hace, que nos hace. Ese amor que oculta todo pero al mismo tiempo te lo dice todo.
Te bajas. No estás. No estoy. No estamos. No soy. No sos. No somos.
El amor dura un viaje en colectivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario