miércoles, 15 de enero de 2014

Últimamente mi mente está repleta de tormentas. Fuertes vientos que soplan, nubes grises, lluvias torrenciales, tardes de siesta, películas sin terminar. Mi mente es una tormenta.
Miro el firmamento, está despejado, sin embargo oigo a lo lejos el ruido de las gotas golpear contra el suelo, puedo oler la tierra húmeda, puedo escuchar pasos apurados a cerrar una ventana para evitar que entre el agua, puedo sentirme a mí recién despierto viendo ver las gotas golpear contra mi ventana y, finalmente, puedo sentir que te fuiste.
Hay un tornado emocional dentro mío (otra vez el vendaval).
Tu voz ya no marca las horas ni mi vida,
tu ira ya no es mía solo tuya, 
tus golpes ya no me llegan.
Tu risa ya no es mi aire,
mi aire ya no es esclavo.
Tu cuerpo ya no es mi prisión,
mi cuerpo ya no es cautivo.
Ahora jugas solo a las escondidas,
yo juego a ser libre.
Empero estimado olvido,
querido amor mío,
vas a ser siempre mi mejor dolor y tormento.

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