jueves, 6 de agosto de 2015

4 de agosto

Anoche soñé con alguien. Un rostro, una sonrisa.
En un laberinto de desamor, en un cuarto lleno de agujas, escuche algo. Oí una voz.
Tu cara se me apareció, limpia, clara, repleta de luz. Tu abrazo se volvió un sol que me abriga. Ambos en caída libre, descubrimos la forma de caer juntos.
Una belleza brutal que me devoró por completo.

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