6 de Julio (I)
La cancha de Racing desde el 100, qué diferencia hay entre este bondi y
tu balcón? Que quizá este colectivo tenga destino, a diferencia de vos, que sos
como ese tren al que te subís y no sabes en que estación bajar.
No llegaste a ser mi domingo a la tarde, que de repente, sin darme
cuenta, te convertiste en ese escalofrio que me recorre cada vez que recuerdo
tu piel; tengo tu cara grabada a fuego, como esa eterna ceguera, en mis ojos.
Sos esa canción que no paro de tararear una y otra vez.
Hace poco me preguntaron si no me daba miedo cruzarte por la calle y no
supe que contestar.
Es miedo? Miedo a verte o miedo a volver a sentir esas cosas raras que
sentía en el estomago cada vez que te veía llegar? Esa ansiedad de saber que te
iba a poder abrazar una vez más. Esa adrenalina de besarte, besar esos labios
con gusto a tabaco.
6 de Julio (II)
Hoy iba caminando por la calle y de repente, en un viento frio de
invierno, de esos que te dan ganas de estar en casa, sentí tu perfume volar.
Ilusionado, me di vuelta pensando que ibas a estar parado, ahí, en esa
esquina, esperando con tu campera negra, tus zapatillas converse negras, tu
jean azul, tu gorrito y el cigarrillo de tábaco recién armado.
Pero no. Eso no era. Eso no estaba sucediendo.. Sin embargo, las cosas
que no suceden (o creemos que no) no están sucediendo cuando las contamos,
hayan sucedido o no? O quizá, todo esto es una forma de consuelo que encuentro.
Qué sé yo!
Hay una cosa que sí sé, que sí puedo saber de manera certera. Y es que
vos, relatándote o no, no sucedes.
6 de Julio (III)
Qué es esto que tengo acá? Esta molestia.. parece dolor, pero.. a ver.
No, no es dolor. Qué es entonces?
Es como que hay alguien haciendo un nudo con mis tripas, sos vos? No,
no creo.. Si vos una vez juraste no
lastimarme. No podes ser vos, o si?
Será que me querías tanto que te dio miedo?
Lo único que tengo cada vez que pienso y repienso lo que pasó son
preguntas, incertidumbres. Sigo sin saber que es esta cosa que me molesta y vos
sin saber que todas estas líneas son para vos. Bah, en realidad no son para
vos, vos lo único que hiciste (y lo hiciste muy bien) fue despertar todo esto.
Las palabras son para el que las quiera tomar. Una vez escritas dejan de ser
mías. Son tuyas, que las estás leyendo. Ahora son, quizás, de la señora que
está sentada a mi lado, si ella las quiere.
Estoy recorriendo el puente Pueyrredón, ese que más de una vez
recorrimos juntos. Los dos.
Y cuál es el puente que ahora nos separa? Que corre por debajo? Todo lo
vivido? O todo lo que pudimos haber vivido? Es tan corto y tan largo a la vez.
Espera! Creo que es eso lo que tengo acá… Sí! Es eso! Pero lo toco y no
duele, es como una cascarita pero no pica, no nada. Está ahí, como tratando de
hacer que recuerde algo todos los días. A ver.. si la veo más de cerca tiene la
forma de tu cara, de tu risa, de tu cuerpo. Pero si vos habías dicho que no me
ibas a lastimar. Qué haces acá? La herida.
Amarte fue como abrazar una brasa encendida. Hoy sos ceniza de un fuego
que alguna vez fue. Sin embargo ahí estas (estas pero no sucedes) dentro y
fuera mío.