martes, 1 de diciembre de 2015

(III)
Arranca
Arrancame
Dale, si yo sé que te encanta.
Arrancame la carne.
Despellajame hasta que la sangre no tenga donde escurrir.
Arrancame los besos que nunca te di.
Arrancame los ojos de una sonrisa a la vez.
Destruime los oídos.
Arrancame el amor del pecho con un solo "te quiero".
Arrancame cada lágrima.
Arrancame el corazón a mordiscones.
COME. ARRANCA.
Que en la oscuridad de la noche y en lo silencioso de tu habitación, nadie se va a enterar.

(II)
El dolor asimétrico. Tu horrible perfección. Tu asquerosa belleza. Tu infame amor.

La lluvia en la ventana y tu figura alborada despliegan su fuerza ante mi.
Te siento ascender por cada una de mis extremidades reviviendo cada dolor a las risas, haciendo renacer cada gota de sangre con cada vocablo pronunciado.
(I)
El aire rosado se respira fervorosamente, el cantar de los ruiseñores recorre las esquinas y los bares.
El empedrado de la calle Defensa me llena los ojos de amores clandestinos. De sangre negra.
Entre tanta figura humana, el viento susurra rostros al oído, suspira vestigios de viejos lenguajes.
Me pierdo entre las figuras, cuando en un breve momento (breve como vos) el viento me sujeta del brazo y me invita a danzar.
Me dejo bailar entre los cantos. Bailo en círculos, bailo en vuelo, bailo y beso.
En un segundo todas las figuras tenían tu cara.
Todas las figuras.
Todas las caras.
Vos no estabas.